Si apuestas por el blanco, esta puede ser una opción llena de elegancia.
Es un ramo muy etéreo que huye de los contrastes, pero sin embargo tiene un toque con mucha clase: lo he diseñado a base de lunaria, plumero, lagurus, la pequeña paniculata…y una pincelada sutil de glixias en tono celeste grisáceo.
Aquí las texturas son las protagonistas. El lazo en azul aterciopelado refuerza la elegancia y distinción de esta creación.