Carol, la novia de azul con un ramo minimalista

Cada una de las novias que conozco me parece única. Cada una tiene una magia personal y unas ideas claras sobre cómo va a ser el día de su boda. Pero en mi trabajo tengo la suerte de encontrarme con algunas novias que, además, rompen moldes, se arriesgan y llevan hasta el final el estilismo de sus sueños. Carol es ese tipo de persona, la que sabe que hay momentos que solo se viven una vez. No vale solo un vestido, ni un peinado, ni unas flores. Lo importarte es crear un sinfín de momentos inolvidables antes, durante y después de la boda. Os quiero presentar a la novia de azul con un ramo minimalista.

La de Carol fue una de las últimas bodas preconfinamiento lo que la hace más especial, si cabe. Su enlace con Carlos fue un 29 de febrero, una estampa invernal en la Finca Soto de Gracia. Sin embargo, lo que más llama la atención es su vestido con falda de tul azul. Un vestido confeccionado por Oh qué Luna y que se fue transformando a lo largo de la jornada.

Empezó llevando un jersey calado de ochos de color crudo combinado con la falda azul que se colocaba sobre un vestido lencero muy sencillo. Cuando se quitó el jersey apareció una preciosa torera de encaje azul hecha con una pieza del vestido de novia de su madre. A su vestido a piezas sumó una diadema de tul anudada en el pelo y a juego con la falda. Una pieza delicada que caía por la espalda como si se tratase de un velo. Los zapatos, de Just Ene Shoes también tenían un profundo tono azulado que redondeaban el original look.

Fotos postboda y ramo Federica: la fuerza de lo sencillo

Nada más quitarte tu vestido de novia ya estás deseando volvértelo a poner. Por eso, Carol y Carlos, desprendidos de los nervios y la tensión del gran día, decidieron organizar una sesión de fotos postboda. Y sumar un recuerdo a los muchos que ya atesoraban.

Para este día, Carol me encargó un ramo sencillo y silvestre, que no restara protagonismo a su falda ni a su rebeca abierta. Y que, al mismo tiempo, aportara fuerza al conjunto. Un compañero ideal que encajara a la perfección con un entorno campestre y natural como es el Puerto de la Morcuera, en Madrid. Elegimos el ramo Federica, compuesto por trigo, avena, boato, paniculata, clavelinas, espigas, glixia y flor de arroz. Un conjunto sereno de colores neutros y con un estilo minimalista. Un ramo que no necesita ser recargado para decir muchas cosas.

Algunas novias optan por la sencillez y me piden un ramo elegante y sobrio. El ramo Federica juega con tonalidades suaves, con colores beige, tierra y marfil. Y, además, lleva un detalle muy especial: un lazo de lino que potencia su aspecto rústico. También es una pieza ideal para regalar a un ser querido y para decorar un rincón especial de casa.

Las fotos son obra de Lucía Romero Fotografía, que capturó todos esos momentos de complicidad y sonrisas. Y toda la belleza de una novia diferente y divertida, tan guapa el día de su boda como vestida de novia tiempo después.

Espero que os haya gustado tanto como a mi Carol, la novia de azul con un ramo minimalista. Quiero agradecer desde aquí a Bea de Las Bodas de Tatín por recomendar a Carol el contar conmigo para una sesión tan especial como su postboda. 

 

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