A todas las cosas bonitas que han ocurrido en estos últimos meses tan inciertos hay que darles un valor especial y guardarlas en el recuerdo como un tesoro. La boda de Laura y Jorge es una de ellas. Laura es una novia cargada de optimismo y alegría que ha demostrado que la ilusión y las ganas pesan más que cualquier otra cosa. Y que no importa el cuándo sino el cómo.
Nos conocimos en 1001 Bodas y, a partir de ahí, no dejó de transmitir energía positiva en ningún momento. Tenía claro lo que quería y, aun así, es una persona que se deja aconsejar y confía en los demás. Maestra de infantil, con el carácter más dulce, soñaba con un ramo de cuento. Por eso, le di el protagonismo a la flor más romántica de todas: la rosa.
Ramo Botero, estilo clásico y colores pastel
Escogimos el Ramo Botero, presente en nuestra tienda online, una composición elegante y de tonos suaves, un bouquet protagonizado por rosas y acompañado con pinceladas de color granate, lavanda y verde que aportan las otras flores del conjunto: hortensias, glixia, estoebe, flor de arroz y paniculata. La empuñadura es un lazo de terciopelo rosa palo que cierra a la perfección el ramo.
No faltaron detalles para las personas más queridas. Hice alguna réplica del ramo y cestas para las abuelas, siempre presentes en un día tan especial. Con las mismas características del ramo elaboré prendidos y una petición especial para la madre de la novia: peinetas Lulú. Son un complemento ideal en delicados tonos nude y crudo que juegan con hortensias y pequeñas paniculatas. Laura llevaba en el pelo horquillas de paniculata preservada. Iba preciosa y brillaba con luz propia.
Me emociona recordar los momentos más intensos que viven las novias de Dilo con una Flor. Y esta vez lo hago a través de un texto que ha preparado Laura y que refleja a la perfección el maravilloso camino que una novia realiza hasta el día de su boda.
“El día más mágico de mi vida”
La mayoría de las novias soñamos con tener un día inolvidable el día de nuestra boda. No cabe duda de que, junto a nuestra pareja, nos llevamos todas las miradas de los seres más queridos.
Sin embargo, antes recorremos una etapa de preparativos: preciosa, emocionante, llena de alegrías e ilusión. Dar con personas que aman su trabajo hace que te sientas más segura y acompañada en este transcurso. Por ello, me gustaría mencionar cada una de las que hicieron el día de mi boda más bonito aún, si cabe. Ellas, que nunca caerán en el olvido.
Comencé buscando un lugar de ensueño que me volviese loca a rabiar. Dentro de mis manías, buscaba una finca, una preciosa finca de cuento, y la encontré. En plena sierra de Madrid se encuentra la increíble “Hacienda Jacaranda” donde, de la mano de Rosa y Juan, tuvimos el placer de celebrar la boda. A día de hoy sigo sin tener “peros”. De verdad, no puede estar mejor organizado y cuidado cada detalle. Es un lugar para quedarte sin palabras, tú y cualquier invitado que pase por allí.
Después, el vestido. Tuve que hacer muchas pruebas hasta dar con el ideal. Me decidí por uno de “Pronovias”, de Velázquez. De la mano de Ana, junto a mi madre y mi hermana, fue por el que brindamos.
La siguiente tarea fueron los zapatos. La verdad es que llevaba ideas claras: blancos pero con algún pequeño detalle, así que me acerqué a “Uniqshoes” y allí estaban, esperándome. Resalté el tacón con una suave purpurina que me recomendaron y personalizamos los zapatos con nuestros nombres en la suela.
Turno de las alianzas. Acudí a una feria de bodas en Madrid donde conocí “Joyerías Únicas” y, gracias a Carol y sus consejos, lucimos hoy nuestros maravillosos anillos.
Llegó el momento del ramo y conocí a Daniela. Vi sus trabajos también en la feria de las bodas de Madrid, en el rinconcito que mostró de “Dilo con una flor” y ¡fue amor a primera vista! Quería un ramo dulce, romántico, de cuento… y así fue. ¡Benditas manos! Plasmaron perfectamente lo que quería: tenía mi ramo, tenía EL ramo.
Por aquel entonces ya estaba pensado mi peinado y maquillaje cuando me acerqué a la “Pelu de Alba”. Mimos por allí y mimos por allá, horquilla por allí, máscara de pestañas por allá. Fue Alba, quien, con una matrícula de honor, sacó lo mejor de mí y me hizo brillar como nunca.
Ya llevaba anotados numerosos ticks en la lista de cosas hechas pero ¿y las fotos y el vídeo? No todas las parejas quedan satisfechas con el resultado final de sus imágenes, y qué deciros, tiempo después es el mejor recuerdo y más real que te puede quedar. Por eso, por bonitas que sean, tienen, además, que transmitir. Así, apareció “Onsurbe fotografía” de la mano de Alberto, quien me ha hecho llorar una y otra vez reviviendo cada momento.
Indudablemente, no puedo estar más orgullosa de los resultados que tuve y de las increíbles personas que me acompañaron en el camino. Pensar que tu boda ha salido como soñabas, emociona, y MUCHO. Os volvería a elegir de nuevo. GRACIAS por todo.
Con cariño,
Laura.